Saltar al contenido

Algunas precauciones para perderse lo justo,en el medio natural

Despues de aprender a manejar una brujula y un mapa , para orientarte,, te damos unas indicaciones basadas en la experiencia,

Antes de salir corriendo, comprueba algunos datos básicos. Cuando yo era joven alguna vez salí en dirección contraria simplemente por no fijarme lo suficiente. Añado algunas indicaciones:

Medir las distancias.

La pregunta que es probable que te estés haciendo ahora es: ¿cómo calculo mi velocidad para saber que no me he pasado el punto de destino? Lo primero que debes saber es que una persona medianamente entrenada puede recorrer, en terreno plano, entre 4 y 5 kilómetros en 1 hora, pero con desniveles acusados o vegetación espesa esta media puede bajar a 3, 2 e incluso 1 kilómetro por hora. El peso del equipo que transportamos a la espalda también influirá en nuestra velocidad, igual que la temperatura o la consistencia del suelo que pisamos (arena, nieve, etc.).

Otro dato que hay que tener en cuenta es la escala del mapa. Si cambias de una escala 1:50.000 a una de 1:25.000 todo parecerá estar más lejos de lo que realmente está. Las primeras veces que corrí carreras de orientación con mapas 1:15.000 me pasaba puntos de referencia constantemente. Sin duda, lo más importante para no pasarnos de largo es ir leyendo el plano y comprobar cuánto hemos tardado hasta una primera referencia clara. Además, esto nos permitirá comprobar que avanzamos por el lugar correcto o si, por el contrario, nos hemos desviado y lo que vemos en el terreno real no aparece reflejado en el mapa.

Como ya citamos, es importante conocer aproximadamente la distancia que hay desde el lugar de origen hasta el que se desea llegar. Sin conocer esta distancia es posible que, por ejemplo, pasemos de largo un refugio de montaña que puede ser la salvación, o confundir dos accidentes topográficos parecidos. No basta solo con que la midamos en el plano; además, tenemos que calcular en la marcha el trecho que andamos.

Antiguamente el único sistema para medir distancias era talonar los pasos, de forma que contándolos se supiera la distancia recorrida. Luego aparecieron los podómetros y los contadores de distancia para las bicis. Finalmente, en la actualidad, un GPS o telefono con dicha funcion, colocado en la función track (camino) o en contador de huella, nos da la distancia casi exacta.

A lo mejor te has planteado que si tienes un GPS no necesitas el plano y la brújula, pero es fundamental saber moverse con ellos; el plano ayuda a conocer mucho mejor el terreno y nos hace más independientes de la tecnología. El GPS o el teledfono no dejan de ser un sistemas digitaes l que depende de la electricidad y seguro que fallará antes que una hoja de papel impresa y un cacharro que funciona sobre la base de una simple aguja imantada. Es de obligado cumplimiento para cualquier salvaje vocacional saber orientarse con estos métodos, aunque tengas un GPS con cartografía digital. Una vez aprendido podrás usar el GPS, pero sin dejarte los útiles clásicos en casa.

Actuación en caso de pérdida

Maestro Jedi, ¿y si el Padawan se pierde?

¡Jedi aún tú poder ser! Todos nos hemos perdido alguna vez cuando empezamos. Estar desorientado no es lo mismo que estar perdido. Es más fácil orientarse de nuevo que «desperderse».

Si no tienes un GPS o telefono con dicha funcion, lo primero que hay que hacer es mirar de nuevo el mapa en papel y ver si algunas referencias del terreno cuadran. En caso de pérdida importante podrías subir a un punto dominante e intentar situarte. Si aun así no aciertas a localizarte, puedes intentar triangular con el plano y la brújula. La triangulación es un recurso que permite hacer manualmente lo que hace un GPS con los satélites, pero utilizando puntos característicos que estén localizados en el mapa y sobre el terreno.

Lanzar visuales

Es hacer lo mismo que en la triangulación  que veremos después pero a ojo y sin brújula.

Localiza dos o tres puntos característicos sobre el terreno,   sitúalos en el mapa  y orienta este con los mismos,   si haces un triángulo imaginario o con un lápiz  con  dichos puntos, el extremo del triángulo te  indicara   donde estas aproximadamente aunque con un gran margen de error.

Un sistema  similar es usado habitualmente por gente que vive en sitios salvajes y no emplea planos ni brújulas, para situarse  en un entorno conocido  y por ejemplo volver a un lugar  como un campamento. Yo lo aprendí en el Sahara,  cuando íbamos de noche a buscar nuestros dromedarios, que comían matojos por el secarral, Yousef miraba dos puntos  característicos en tierra, alguna vez usaba la Estrella Polar y triangulaba visualmente ¿Jaimin ou se  trouve la jaima? (¿dónde está la tienda Jaimin?) El extremo del triángulo  nos indicaba la dirección a seguir, claro previamente mi   maestro había  observado antes de alejarnos de nuestro campamento, esas posibles referencias.

Si también te fijas en  algunos puntos  claros de referencia antes de perderte podrías  usarlos por ejemplo  para volver al punto de donde saliste.

Triangulación

Si el rumbo es menor de 180° debes sumar 180, y si el rumbo es mayor de 180° resta 180.

Es parecido a la triangulación visual pero mucho más preciso, ya que empleamos  rumbos de brújula

Primero, localiza dos o tres puntos en el terreno que sepas situar en el plano. Con ayuda de la brújula, busca el rumbo que hay hacia cada uno. Luego calcula el rumbo inverso, es decir, el rumbo que hay desde esos puntos hasta donde te encuentras. Es fácil, solo hay que darle media vuelta (180°) a los rumbos obtenidos. Para conseguirlo, si el rumbo es menor de 180° debes sumar 180, y si el rumbo es mayor de 180° resta 180.

Con ayuda de la brújula como transportador de ángulos, traza dos o tres líneas rectas en el plano desde esos puntos, cada uno con su rumbo inverso (es fundamental que antes restes los grados de declinación magnética, si procede). El lugar donde se crucen las tres rectas es, aproximadamente, donde te encuentras.

Pérdida total

En caso de pérdida total tampoco hay que ponerse nervioso. Es cierto que generalmente, en sitios bastante civilizados (como España) en las montañas, bajando llegarás muy probablemente a un lugar habitado. Seguir la red hidrográfica o las carreteras suele conducir a algún núcleo de población, aunque puede que haya que dar muchas vueltas y recorrer kilómetros antes de llegar a la civilización. La red hidrográfica también te servirá en sitios llanos, aunque no haya mucha pendiente la corriente siempre  irá hacia abajo.

Como último recurso,  puedes marcar un rumbo fijo al azar para no andar en círculo.

Todo esto está muy bien y lo ponen todos los libros, sin un plano y una brújula  sería la única posibilidad, pero suponemos que tú no has perdido ni  tu plano ni tu brújula, además has leído este capítulo  y en la parte que cita como perderse lo justo tienes algunos consejos clave.

Lo más importante es  el concepto “perderse lo justo”. Si notas que estás perdido no sigas caminando  sin control. ¡Párate! Es probable que aunque no sepas como continuar aun puedas volver atrás siguiendo referencias o,  en el mejor de los casos,  con la técnica del rumbo inverso citada  en triangulación.

Si estás un poco más perdido, recuerda que  con el mapa puedes saber dónde está la civilización más cercana o una carretera o camino principal que te lleve a tu coche por ejemplo. Con la brújula  podrás, una vez orientado  el plano,  saber en qué dirección está ese punto.

Pensarás: ¡si estoy perdido, no sé dónde estoy como  para tomar un rumbo!. Claro,  pero  aunque te hayas  perdido demasiado, los puntos que necesitas aún estarán en su sitio, si no has recorrido mucha distancia es difícil por ejemplo que  hayas rebasado un pueblo o una carretera que estaba a tu norte y ahora los al tengas al sur.  Puede que  tal vez la tengas ahora al Noreste o al Noroeste, pero al menos no irás en sentido contrario.  Esta solución de emergencia implicará posiblemente que abortarás tu “misión” y no harás el recorrido que querías, pero al menos  no   correrás riesgos como pasar una noche al raso o andar decenas de km sin saber dónde estás. Cuando empiezas a practicar es bueno que lo hagas por zonas  acordonadas con referencias claras, por ejemplo: carreteras, cortafuegos, red hidrográfica. Si todos los extremos de  tu recorrido esta “cercados”  sabrás que si llegas a ese borde  no estás  navegando correctamente.

Extracto del LibroTened Cuidado Ahi Fuera de Jaime Barrallo Ediciones Mi best Seller.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: